El término que usábamos en el liceo cuando un alumno de un grado superior competía con otro de menor nivel era “lo lleva arria ‘o”; “le va a ganar por Nocaut técnico” y otros términos donde lo conceptual era que, uno de menor categoría, tamaño, intelectualidad no podía competir con otro superior porque la paliza era fija y sin que ningún milagro pudiera cambiar el resultado; y esto es así con el candidato de la oposición HCR que no termina de remontar las encuestas, porque su campaña no despierta emoción, no tiene profundidad política y no “sabe a pueblo”. Por eso la oposición que no es boba ya tiene planes alternativos para superar los daños colaterales que resultarán de la derrota que sufrirán el 7 de octubre, cuando el presidente Chávez supere por un 30% a HCR; lo cual en cifras redondas significa que de una población electoral de 17 millones aproximadamente de electores y estimando en votos nulos o abstencionistas un 20% o sea 3,4 millones, quedarán unos 13,5 millones de votos contabilizados, donde tendremos que Chávez obtendrá unos 9,5 millones de ellos y Capriles unos 4,05. Esta son cifras aproximadas que favorecen el crecimiento de Chávez, porque pudiera llegar a los 10 millones de votos a su favor, estimados en la meta del comando Carabobo.
Pues bien, ¿qué hace la oposición al respecto?, nada en este sentido, nada porque ya saben que HCR perderá de manera contundente y desde ya esta oposición calcula los daños colaterales para la siguiente elección regional y posterior municipal. Es por ello la pelea por la modalidad de las “tarjetas por partido” o “tarjeta única. Los que menos tienen van por la “única”, para que no se vean los pocos votos aportados en esa debacle presidencial, y así seguir luchando los espacios para colocar sus candidatos en las elecciones para gobernador. Mientras que los favorecidos por HCR, que son el partido Primero Justicia, apuestan a “tarjetas por partido” para imponer sus candidatos regionales, ya que ellos obtendrán mas votos que los demás.
Eso en el caso de los que transitarán en el juego electoral, que los hay y aceptan las reglas de aceptar la decisión de las mayorías; pero hay también un sector importante de esa oposición que no aceptará la derrota electoral, y desde ya, a sabiendas de las proyecciones derrotistas de su candidato, hacen planes insurreccionales, golpistas, y guarimberas ante la certeza del triunfo de Chávez.
Observen en Nueva Esparta como los de PJ caminan solos, mientras los de UNT, AD y Copei fraccionado van por otro lado. Primero Justicia tiene la orden para “desmarcarse” de sus “compañeros de mesa” y buscar desde ya imponerse como nuevo liderazgo regional. Por su parte Morel Rodríguez acelera la campaña personal, nunca se le había visto tan preocupado, sabe desde ahora que su liderazgo mermó sustantivamente, sabe que Carlos Mata Figueroa le ha impuesto un nuevo ritmo a la política local y que producirá un caudal de votos para Chávez el 7-O que estremecerá los cimientos del morelismo, marcando su declive para siempre, porque Nueva Esparta será nuevamente territorio para la revolución, con Hugo Chávez Frías en la presidencia y Carlos Mata en la gobernación.
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